La sombra no es sólo sombra, es un espacio, un lugar no sólo para protegerse del sol o para refrescar el ambiente, sino que también es importante para poder generar estos mismos, para crear atmósferas.
La sombra del árbol de la plaza, no es igual a la de un mausoleo. Las dos cumplen la misma función, pero no generan el mismo ambiente, y es parte del deber del arquitecto, el saber como generar distintas espacialidades y situaciones, usando la luz y la sombra.
Un ejemplo de esto es el Cementerio Católico de Santiago, el cual posee una dualidad muy interesante, por un lado, es un espacio de introspección y meditación, debido a que es el umbral que lleva a interpretar la realidad de la muerte de una forma distinta, prepara a la persona para generar una comunicación imaginaria con sus seres queridos ausentes en la vida. Por otro, es un lugar de esparcimiento y paseo.
El ir a visitar este lugar permite que se experimente desde lo vivencial, proporciona capturar lo imprensidible de la realidad, concede comprensión y manejo, identificación y descubrimiento de aspectos relevantes de las distintas situaciones de sombra y las diversas espacialidades que estas generan, las cuales pudieran ser aplicadas en otras especialidades en el futuro.
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